Encargada: Teresa Ruiz Gondra
El Instituto de Educación Superior Pedagógico Público "Manuel González Prada".
Siendo nuestra casa superior de estudios, IESP Manuel González Prada un agente fundamental en la formación de profesionales en educación, con óptimas competencias, demostrando un alto nivel ético basado en principios cristianos y cultura de paz, el Programa de Estudios de Educación Inicial tiene como objetivo preparar de manera integral, transcultural e intercultural a los docentes de educación inicial como investigadores competentes en el manejo de la disciplina de la educación preescolar, promoviendo la formación y consolidación de su identidad y autoestima con sentido de responsabilidad social y compromiso con el desarrollo de los niños del Perú. Siendo altamente calificados para promover el desarrollo holístico y armonioso de niños y niñas menores de seis años favoreciendo en ellos habilidades, hábitos, valores y sienten bases sólidas para su futuro en un ambiente rico en aprendizaje, educación. y experiencia emocional. su educación.
El Reglamento de la Ley N° 30512, Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior y de la Carrera Pública de sus Docentes establece que la práctica junto con la investigación constituye uno de los tres componentes del currículo de formación inicial docente. Confirma que la práctica conjunta La investigación es una de las tres partes del plan de estudios. formación inicial del profesorado. Desde esta perspectiva, se supone que la práctica es un espacio de investigación donde los estudiantes de la FID comprenden la realidad formar y preparar propuestas de mejora basadas en la reflexión crítica que le permita demostrar sus habilidades docentes profesionales educación De ahora en adelante en el Currículo Básico Nacional (DCBN) Desarrollo práctico y investigación estructurada a través del desarrollo modular diez ciclos de carrera.
En este sentido, el Departamento de Formación Docente Básica ha elaborado proporcionar pautas para la implementación de módulos de capacitación e investigación en educación superior (EESP) e Institutos de Educación Superior (IESP) se adaptan especialmente Este documento contiene las estrategias y contenidos de la matriz. los mínimos para trabajar en cada uno de los diez módulos formativos y estudios y ejemplos silábicos del módulo, diario de campo, estructura de la carpeta pedagógica, proyecto integrador y proyecto de integración anual con la esperanza de que es la base del trabajo de los formadores de profesores responsables de los módulos.
Este componente se constituye en un espacio de integración de las competencias desarrolladas en los componentes de la formación general y la formación específica, en correspondencia con el Perfil de egreso. El componente articula la práctica e investigación en la FID a partir del desarrollo de módulos durante todos los ciclos del plan de estudios. Los módulos de práctica e investigación brindan a los estudiantes de FID diversas oportunidades para entrar en contacto e involucrarse con la realidad educativa, reflexionar sobre su quehacer, aplicar diversas técnicas e instrumentos de recojo de información, analizar e interpretar la información recogida, conocer las implicancias de su rol docente y comprometerse con su desarrollo profesional, así como proponer alternativas innovadoras de solución, basándose en evidencias generadas por ellos y por diversos investigadores educativos. Asimismo, los módulos potencian el desarrollo del pensamiento creativo, reflexivo y crítico.
Un aspecto crucial es el cambio de perspectiva sobre la idea de sujeto que aprende y la finalidad de la formación. Este cambio exige desarrollar una comprensión profunda del sujeto que se forma, así como de los contextos socioculturales y las trayectorias individuales de estos. Un aspecto esencial es que los estudiantes de FID, como personas adultas, son los responsables centrales de su propio aprendizaje (Valliant & Marcelo, 2001), de lo que se derivan algunas premisas fundamentales para la formación y el desarrollo profesional de los docentes. En principio, que el aprendizaje adulto considera un alto grado de implicación personal, un fuerte énfasis en la utilidad de lo que se aprende, una gran resistencia a aprender en situaciones en las que se duda de la capacidad del adulto (Valliant & Marcelo, 2001).
Asimismo, la utilidad de lo que se aprende implica un fuerte énfasis de aprendizaje situado y basado en la práctica, en el que se requiere una sólida base de conocimientos teóricos y prácticos. Esto supone reconocer no solo las vivencias sino también las distintas formas en que los estudiantes de FID proponen 7 soluciones a los problemas de la enseñanza que se presentan en su práctica. Finalmente, también es necesario brindar a los estudiantes de FID las herramientas que les permitan comprender y desenvolverse en distintos contextos educativos.
En ese sentido, un asunto medular para el cambio de sujeto y de propósito de la formación es la comprensión, reflexión y el uso de la experiencia de los estudiantes de FID que los habilite a articular el desarrollo personal con el profesional. Ello permite sostener una formación docente con una perspectiva mucho más integral, que aprende de la experiencia personal del estudiante, así como de sus pares y de sus contextos socioculturales.
Promueve el desarrollo de la capacidad de autocrítica, la investigación y el aprendizaje a partir dela experiencia y en interacción con otros. Bajo este enfoque se concibe a los módulos de práctica e investigación como oportunidades formativas para que el estudiante de FID desarrolle competencias profesionales mediante la reflexión de su práctica y la propuesta de alternativas de mejora en el contexto donde se desenvuelve. Desde este enfoque se promueve el desarrollo de una pedagogía crítica basada en la ética, la autonomía y la transformación o mejora continua.
El enfoque crítico reflexivo se vincula con la promoción de una práctica reflexiva que busca profundizar en el conocimiento disciplinar, la didáctica y la pedagogía, además de promover que el estudiante de FID sea capaz de autoformarse, puesto que convierte “la reflexión en la práctica y sobre la práctica” en un hábito consciente que integra en su actividad pedagógica. En ese sentido, la práctica reflexiva se constituye en una estrategia formativa que parte de la observación de la práctica y no solo del saber teórico. A la vez que toma en cuenta la experiencia personal y profesional para la mejora de la intervención pedagógica.
La práctica reflexiva hace que el docente revise en forma constante sus objetivos, sus propuestas y sus conocimientos. Esta reflexión la realiza el estudiante de FID utilizando herramientas metodológicas y conceptuales, en interacción con sus pares y con la mediación del docente formador, a partir de lo cual se genera una espiral de mejora continúa en el que se plantea interrogantes, intenta comprender sus fracasos y se proyecta hacia el futuro.
Cabe precisar que la actitud reflexiva no se forma espontáneamente en cada persona, por lo que es necesario desarrollarla desde la práctica pre profesional. Para ello, dentro de la formación inicial docente se debe promover que el estudiante reflexione sobre su práctica, asuma un compromiso ético en la mejora de su labor y, sobre todo, haga suya esa actitud reflexiva, autocrítica y de mejora continua.
El enfoque soco crítico busca transformar la estructura de las relaciones sociales para dar respuesta a los problemas que se suscitan, partiendo de la acción reflexiva de los integrantes de la comunidad. Es por ello que se considera al enfoque socio crítico, como una unidad dialéctica entre la teoría y la práctica que plantea la necesidad de generar nuevas teorías a partir de los juicios, valores e intereses de los propios actores de la sociedad, así como de la generación de compromisos para la transformación.
Este enfoque asume que la teoría crítica se origina de los estudios comunitarios y de la
investigación participante cuyo objetivo “es promover las transformaciones sociales, dando respuestas a problemas específicos presentes en el seno de las comunidades, pero con la participación de sus miembros” (Alvarado y García, 2008. p. 170). Así, el paradigma socio-crítico considera que el conocimiento se construye siempre por intereses que parten de las necesidades de los grupos por lo cual es necesario desarrollar la autonomía racional y “liberadora” del ser humano, para formarlos como verdaderos agentes de cambio asumiendo el rol que les corresponde.
Desde esta perspectiva, las instituciones formadoras deben generar espacios y brindar condiciones para la discusión conceptual y metodológica que permita la construcción del saber pedagógico, a partir del diagnóstico de los problemas educativos que se presenten en su práctica y del diseño de estrategias que posibiliten su análisis y transformación. Para la construcción de este saber pedagógico se promueve la contrastación permanente entre teoría y práctica, aportando soluciones que consideren no sólo el contexto personal sino también el contexto de la escuela y del espacio en que ésta se ubica.
En ese marco, el currículo de formación inicial propone que la práctica pre profesional se desarrolle a partir de experiencias que aseguren una creciente complejidad en el análisis reflexivo y la intervención en escenarios reales, promoviendo que el estudiante asuma una postura crítica en torno a su quehacer pedagógico. Así, los docentes formadores deben promover la articulación entre teoría y práctica y los procesos de investigación para que el estudiante de FID sea capaz de generar nuevos saberes pedagógicos, a partir del desarrollo de su pensamiento socio crítico.
Nuestra comunidad está siendo llamada a reimaginar el futuro. Estamos haciendo que el aprendizaje sea más relevante y transformador.
Estamos orgullosos de ofrecer nuestros servicios a favor de la educación, formando profesionales idóneos.